Reflexiones sobre Oxkutzcab

En estos días han sucedido varias desgracias que nos han hecho reflexionar sobre el rumbo de nuestro pueblo, sus gobernantes y lo que nosotros hemos hecho o dejado de hacer para llegar a este punto. "Cada pueblo tiene el gobierno que se merece" es una frase dura, pero cierta. No podemos dejar de reconocer que lo ocurrido es en parte culpa nuestra. Nos hemos hecho de la vista gorda, hemos dicho "que no es nuestro problema o nuestra culpa", hemos cerrado los ojos a la verdad. Reconocer nuestro error es el primer paso para merecer un mejor gobierno, digno de los oxkutzcabenses y las futuras generaciones que merecen un mejor lugar para vivir, sin violencia, sin miedo.

Las muertes de este año no han sido las únicas ocurridas en Oxkutzcab. Pero tocaron fibras muy sensibles para muchos, sobre todo por la forma en que se dieron. Creo en lo particular, que si algo bueno se puede sacar de este dolor, es precisamente que hagamos que valga la pena. Que éstas muertes no sean en vano y que sirvan para formar un frente común que de una vez por todas haga cambiar a nuestra sociedad, manteniéndonos unidos y con un rumbo bien definido. Vaya, en pocas palabras, que no sea una "llamarada de petate". Sé que muchos oxkutzcabenses se están encargando de que así sea, que ya se están dando las muestras de descontento y que con sus acciones sin duda honrarán a nuestros amigos que ya no se encuentran con nosotros.

Al gobierno también le toca hacer su parte. Sin duda, esto que sucede hoy es tan sólo la punta del iceberg de los errores y omisiones de las administraciones pasadas y presentes, no sólo a nivel estatal sino a nivel municipal. Deagraciadamente "este arroz ya se coció" y el sr. Gualberto Ayora ya está de salida. Tiene con todo respeto y si me permite decirlo sr. Presidente municipal, de dos sopas desde mi humilde punto de vista: El primero ser otro más del montón, cuya administración municipal sin duda dejo a juicio de los demás oxkutzcabenses, que han vivido y sufrido su administración, o puede, si es que algo le queda de aquellas promesas hechas en su discurso de toma de protesta como Munícipe, pasar como un presidente que impulse el despertar de nuestro querido oxkutzcab. ¿Cómo? haciendo llegar a los nuevos candidatos, el sentir del pueblo, promoviendo el compromiso del próximo gobierno con las peticiones más sentidas de nuestra sociedad. Ya no queremos que nos den "Atole con el dedo". Tomelo o déjelo, pero no se olvide que usted como todos nosotros, como los demás gobernantes, algún dia tendremos que rendir cuentas a alguien o a algo. Si algo le quedó debiendo a su pueblo, a la gente que le honró con su voto de confianza, es tiempo de corregir el rumbo.

Nosotros los jóvenes de oxkutzcab, que hemos tenido que salir del pueblo para buscar un futuro mejor y los que se han quedado, dignamente a servir a la sociedad que los vió nacer, no queremos que nuestro pueblo se destruya. Nuestros padres, nuestros abuelos, trabajaron mucho. Nuestros hijos se merecen un lugar para vivir, como el Oxkutzcab donde yo crecí y que sé que puede ser mejor. Ésta es mi reflexión amigos, pueden estar o no de acuerdo, pero es mi voz, que ya no quiere callar. Porque me duele y me indigna lo que está pasando en el pueblo de mi madre. En el pueblo que como ustedes, también quiero. En el pueblo donde aún tengo amigos y donde hace unos días perdí a uno de ellos. "El León no es como lo pintan", Alejandro era un buen amigo, un ser noble y de buen corazón. Puedo decirlo porque nuestro caminos se cruzaron alguna vez y estuvo a mi lado. Puedo decirlo porque conocí a su familia y porque su prima sigue siendo mi mejor amiga. En algún momento, el destino nos separó pero hoy quiero dedicarle estas líneas, porque no quiero que su muerte sea en vano. Sin embargo, los vivos también importan. Por ellos, pensemos con la cabeza fría y el corazón caliente. No dejemos que esta fuerza ciudadana se diluya, sigamos juntos, con paso firme hacia adelante. Desde aquí un abrazo fraterno a mis amigos y familiares que hoy enarbolan esta noble causa por una tierra que dé buen fruto para nuestros hijos. ¡Por un Oxkutzcab Valiente, Perseverante y Dinámico!.